La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal resolvió rechazar la reducción de pena otorgada al represor Adolfo Donda a través del sistema de «estímulo educativo», que le había concedido el Tribunal Oral Federal 5. Donda, quien está siendo juzgado en estos días por la retención y el ocultamiento durante la dictadura de su sobrina Victoria Donda Pérez, tiene dos condenas a prisión perpetua en las causas «ESMA II» y «ESMA Unficada».

La decisión de los jueces Guillermo Yacobucci, Alejandro Slokar y Angela Ledesma respondió a una apelación del fiscal Leonardo Filippini contra la reducción de la ejecución de la pena decida por el TOF 5. Aunque se trataba de una beneficio de solo cuatro meses y quince días, los camarista los desestimaron en un fallo de 16 páginas.

La Sala II argumentó que los juicios de lesa humanidad son «imprescriptibles, no pasibles de indulto ni amnistía, tampoco puede conmutarse o reducirse la respuesta punitiva impuesta» y citó una amplia jurisprudencia internacional para sostener la decisión. De todas maneras, en octubre del año pasado, la misma Sala –pero conformada con Carlos Mahiques en lugar de Alejandro Slokar– benefició a Donda con salidas transitorias del Penal de Ezeiza, cuando el TOF 5 se había opuesto.

El fallo de este miércoles recordó que Donda fue condenado a prisión perpetua por haberse demostrado que fue coautor de secuestros, torturas, homicidios y sustracción de menores sobre, al menos, 400 víctimas en el centro clandestino que funcionó en la ESMA. Crímenes que Donda continúa negando como lo demostró en recientes audiencias de juicio oral en las que pide la palabra para enfrentar a las víctimas de la represión que él aplicó en la última dictadura cívico-militar. Esa actitud fue considerada hoy por la Cámara de Casación para anular la reducción de su pena.

La Sala II invocó las conclusiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuando señaló, a través de sus funcionarios y organismos, que «la liberación anticipada de una persona condenada por crímenes de lesa humanidad, con fundamentos contrarios a estándares internacionales, constituye un agravio a las víctimas, pues las puede exponer a violencia, revictimización e intimidación».

Actualmente el represor está siendo juzgado por la apropiación de su sobrina, la dirigente política Victoria Donda, a quien durante el juicio atacó el día en que declaró. La ex titular del INADI durante su testimonio le pidió: «A mi interesa saber dos cosas, pero no sé si alguna vez me las va a decir. Y como no se animó a venir personalmente no se lo puedo preguntar: mi fecha de nacimiento, que estoy segura que él la sabe, y en qué fosa lo tiraron a mi papá, para aunque sea tener sus restos y dejarle una flor».

El represor pidió la palabra, desde la cárcel de Ezeiza, para negar que supiera dónde estaban su hermano y su cuñada, a quienes otra vez calificó de «integrantes de organizaciones terroristas».

Share.