River Plate vivió una noche agridulce en el Estadio Monumental al quedar eliminado de la CONMEBOL Libertadores frente a Atlético Mineiro tras empatar sin goles en el partido de vuelta de las semifinales. Lo que comenzó con un vibrante recibimiento lleno de color y estruendo, culminó con la clausura del estadio por decisión de la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad de Buenos Aires, debido al uso indebido de pirotecnia y bengalas en espacios no autorizados.

Durante una inspección, las autoridades encontraron fuegos artificiales en un baño destinado a personas con discapacidad y detectaron el uso excesivo de pirotecnia fuera del área previamente autorizada. Esto no solo derivó en la clausura del estadio sino también en una inminente sanción económica de la CONMEBOL, ya que el reglamento del torneo prohíbe este tipo de manifestaciones.

Ahora, River deberá gestionar la habilitación del Monumental mediante el pago de una multa y el cumplimiento de trámites específicos con la Dirección General de Administración de Infracciones. Aunque el recibimiento fue un despliegue de pasión que recordó la final de 1996, cuando River ganó su segunda Libertadores, esta vez quedará asociado a la eliminación y a las consecuencias de estos excesos.

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