La relación entre Elon Musk y el presidente electo Donald Trump se ha estrechado en los últimos meses, y el fundador de Tesla es ahora una figura relevante tanto en el plano empresarial como político. Y una de las primeras repercusiones de este hecho es que la reestructuración de la deuda de la administración pública estadounidense parece ser el nuevo proyecto que acapara la atención de Musk.

La solución del empresario para hacer frente al problema de la deuda pasa por la creación del ‘Departamento de Eficiencia Gubernamental’ (DOGE, por sus siglas en inglés). Pero, ¿qué implicaciones tendría esta propuesta en la economía estadounidense y en el panorama político?

¿Qué busca lograr DOGE?

Durante un mitin en el Madison Square Garden, Musk expresó que los impuestos que pagan los estadounidenses son una consecuencia directa del gasto gubernamental desmedido: sostiene que el gobierno «desperdicia el dinero de los contribuyentes» y que su plan aliviará «la carga de los hombros de los ciudadanos y del bolsillo».

Pero el impacto potencial de DOGE va más allá de la realización de meros recortes: este departamento se centraría en realizar auditorías financieras y de rendimiento de todas las agencias federales.

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