El sector panadero atraviesa uno de los momentos más críticos de las últimas décadas. Según datos del Centro de Panaderos de la provincia de Buenos Aires, en el último año y medio bajaron las persianas unas 14.000 panaderías en todo el país, mientras que el consumo de productos tradicionales se redujo de manera drástica.

Martín Pinto, presidente de la entidad, advirtió que la recesión y el encarecimiento de los costos de producción llevaron a que hoy solo seis de cada diez máquinas permanezcan en funcionamiento en los comercios. “Soy panadero y trabajo con la mitad de mis equipos apagados. Antes se producía en abundancia, ahora solo lo básico para evitar pérdidas”, señaló en declaraciones a Radio Rivadavia.

¨La venta de facturas se desplomó 85% en 18 meses¨

El consumo de pan, considerado un termómetro social en varios países, cayó un 50% en los últimos 18 meses. La situación es todavía más grave en el caso de las facturas: la venta se desplomó un 85%. “Ya ni siquiera se venden las docenas del día anterior con descuento. Las heladeras están apagadas porque lo que no se consume se termina tirando”, describió Pinto.

Con más de tres décadas en el oficio, el dirigente explicó que hoy las panaderías producen apenas la mitad de lo que podrían. La oferta, que antes incluía gran variedad de panes, facturas y sándwiches, se redujo a unos pocos productos esenciales.

La crisis del rubro se suma al deterioro general de las pymes, golpeadas por la inflación, la caída del consumo y la recesión. El panorama, advierten desde el sector, compromete no solo la continuidad de los comercios, sino también miles de puestos de trabajo vinculados a la actividad panadera.

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