El Gobierno nacional se prepara para volver a escena con un nuevo capítulo de su cruzada reformista. A días de las elecciones legislativas y bajo la mirada expectante de Washington, el equipo económico que conduce Federico Sturzenegger afina los detalles de una “Ley Bases II”, destinada a retomar los puntos que quedaron afuera del primer paquete de reformas.

La novedad fue confirmada por el secretario de Desregulación, Alejandro Cacace, ex diputado puntano y actual número dos de Sturzenegger, quien se presentó ayer en el Congreso y anticipó que la motosierra “volverá a redoblar la apuesta”.

“Se está trabajando en un nuevo decálogo de transformaciones: equilibrio fiscal innegociable, reducción del gasto público al 25 % del PBI, reforma tributaria, modernización laboral y previsional, y una nueva apertura comercial”, enumeró Cacace ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda, en reemplazo de los funcionarios ausentes del área educativa.

El funcionario —figura emergente del ala liberal técnica— explicó que el envío del proyecto está previsto para el 15 de diciembre, una vez renovado el Congreso. La iniciativa también incluirá una nueva “Ley Hojarasca”, que eliminará normativas “obsoletas” para completar el giro desregulador que impulsa el Gobierno.


Un regreso con más filo

En la Casa Rosada reconocen que esta “segunda Ley Bases” busca recuperar la iniciativa política tras un año de turbulencias legislativas y resistencias en el Parlamento. El oficialismo pretende aprovechar el nuevo equilibrio de fuerzas pos-electoral para reinstalar las reformas que fueron excluidas de la versión aprobada en junio de 2024.

En aquel momento, el texto original de 664 artículos fue reducido a apenas 238, y el Ejecutivo debió ceder la ratificación del DNU 70/2023, su pieza más polémica. Ahora, Cacace promete volver a la carga con “una versión más depurada, más técnica y más alineada con los principios fundacionales de la gestión Milei”.

“El Pacto de Mayo, firmado por 18 gobernadores, servirá de base para esta nueva etapa. La dirección es clara: menos Estado, más libertad económica y más confianza para el capital privado”, afirmó.


El eco de la motosierra

La sesión también tuvo su cuota de auto celebración. El secretario de Transformación del Estado, Maximiliano Fariña, defendió los recortes aplicados desde 2024: “Redujimos la estructura del Estado en más de 20 %, con un ahorro de 18 mil millones y la eliminación de 400 áreas”.

Según datos oficiales, el ajuste implicó 54 mil despidos en la administración pública y el cierre de decenas de organismos. “En 2010 había 35 mil empleados en entes descentralizados; en 2024 recibimos 88 mil. Era un lugar para repartir cargos políticos”, subrayó Fariña.

El Gobierno insiste en que el superávit fiscal logrado “devuelve el dinero a los argentinos”, aunque los críticos remarcan que no se tradujo en inversión social: aún no se giraron fondos para las leyes de Financiamiento Universitario, Emergencia en Discapacidad y Emergencia Pediátrica, sancionadas por el Congreso e ignoradas por el Ejecutivo.


Cacace, el arquitecto del nuevo orden

Desde su despacho en el Ministerio de Desregulación, Alejandro Cacace emerge como el arquitecto del plan para la “segunda motosierra”. Su perfil técnico, su paso por el Congreso y su cercanía con Sturzenegger lo convierten en una pieza clave del engranaje libertario.

Su discurso anticipa el nuevo ciclo que se avecina: uno donde las reformas estructurales vuelvan al centro de la escena, con la promesa de profundizar el recorte del gasto, flexibilizar las reglas del mercado laboral y reconfigurar el sistema previsional.

“La primera motosierra fue apenas el comienzo. La próxima va a ir más a fondo”, sintetizan en los pasillos de Desregulación.

Fuente: Pagina12-Sala de Prensa del Senado de la Nación-

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