El canal de streaming Mic SL vivió un «Super Jueves» informativo que incluyó, además de la presencia de candidatos electorales, una profunda entrevista judicial que acaparó la atención pública: el diálogo con el Dr. Esteban Bustos, abogado de la querella y representante de la familia de las víctimas, tras la sentencia dictada contra Marina Silva, la mujer policía por el doble filicidio de sus dos pequeños hijos.
El Dr. Bustos, quien conoce la causa «punta a punta» desde el momento cero, sostuvo firmemente que, con la condena, «realmente se hizo justicia».
A continuación, rescatamos los puntos clave que el letrado expuso ante la audiencia de Mic SL, aclarando los aspectos más polémicos y técnicos del juicio.La Perpetua y el Carácter Ejemplificador del Fallo
Uno de los aspectos más debatidos en la opinión pública fue la condena a prisión perpetua. Si bien la doctrina y la jurisprudencia no establecen un criterio único, generalmente se cuantifica en 35 años. El Dr. Bustos recordó que el tiempo de reclusión puede extenderse (citando el antecedente de Robledo Puch, que lleva 51 años preso). La posibilidad de resocialización y una eventual reducción de la pena dependerá en gran medida de los informes criminológicos que se realicen dentro del servicio penitenciario, dada «semejante atrocidad de delito».
El abogado remarcó que se trata de un fallo «ejemplificador», particularmente por cómo confrontó los argumentos de la defensa, la cual fue calificada por el querellante como «muy sólida».
Desactivando los Argumentos de la Defensa
La estrategia de la defensa se basó principalmente en dos puntos sensibles: la violencia de género y el estado de vulnerabilidad de la imputada. Estos argumentos habían dividido la opinión pública.
El Dr. Bustos rebatió ambos puntos con contundencia:
1. Estado de Vulnerabilidad: La imputada poseía recursos significativos: vivía en una casa con internet, teléfonos, contaba con un grupo familiar enorme que la asistía, tenía un sueldo importante (policía) y un centro de salud a solo dos cuadras. El abogado realizó un análisis comparativo, señalando que cualquier resolución contraria a la pena máxima hubiera sido «faltarle el respeto a todas esas madres que de manera diaria trabajan para criar y darle lo mejor a sus hijos», mencionando como ejemplo a mujeres que trabajan en la sierra o el campo, sin acceso vehicular y con más de cinco hijos.
2. Violencia de Género: Si bien hubo una denuncia en 2022 por circunstancias confusas, cuando la imputada no permitió que el progenitor de uno de los niños se lo llevara, el Dr. Bustos destacó que desde 2022 hasta la fecha de los hechos (octubre de 2024), no existe «acontecimiento alguno… de violencia en contra de la imputada». Esto se comprobó con el peritaje voluntario de los teléfonos de los progenitores. Incluso, los mensajes con el progenitor del niño más chico eran «muy sanos» («hola amor», «cómo estás amor»). Además, en una de las cartas que dejó la condenada, le pide perdón al supuesto violento.
La Mente Criminal y la Crítica a los Peritos
Al intentar comprender la psiquis de la homicida, el Dr. Bustos llegó a una conclusión basada en las pruebas y estudios: la mujer «veía a sus hijos como una carga» o una «molestia». Ella misma lo expresó en esos términos en una de las cartas.
Un punto de debate en el juicio fue el testimonio de los psicólogos contratados por la defensa y provenientes de «extraña jurisdicción» (Mendoza). El Dr. Bustos criticó duramente a estos profesionales porque describieron y caracterizaron las personalidades y conductas del grupo familiar (padre, madre, hermana, vínculos paternos) de la imputada, sin haberse entrevistado jamás con ellos («ni en foto los conocían»). Las graves características personales que describieron se basaron únicamente en el relato de la propia imputada.
El abogado reiteró que se está en presencia de una «mente totalmente criminal». La asesina demostró ser «meticulosa» en la ejecución del delito y no derramó ni una lágrima durante las jornadas de debate donde se detallaban las autopsias. Los niños fueron atacados a traición en la cama, en un lugar que debía ser de máxima seguridad.
Finalmente, el profesional se refirió a un punto álgido y «polémico»: el control psicológico dentro de la fuerza policial. Días antes de cometer los crímenes, la homicida había pasado por un psicólogo que le emitió un certificado declarándola «totalmente apta» para portar un arma. Este hecho obliga a «sentarse y replantearse muchísimas cosas» respecto a los efectivos.

El Dr. Bustos agradeció la comunicación, destacando que es esencial que las personas tengan derecho a la información sobre causas tan sensibles y complejas.

