El canciller Gerardo Werthein presentó su renuncia al presidente Javier Milei y a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el pasado viernes durante una reunión reservada en la Quinta de Olivos. Su salida se hará efectiva el próximo lunes, después de las elecciones legislativas, en lo que será el puntapié de una reconfiguración más amplia del Gabinete libertario.
En la Casa Rosada confirmaron que el mandatario aceptó la renuncia sin objeciones, y que ya se evalúan varios nombres para sucederlo al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, en un contexto de tensiones internas y ajustes de poder en el entorno más cercano al Presidente.
Motivos y tensiones detrás de la renuncia
Werthein, empresario y diplomático con larga trayectoria en el ámbito internacional, habría esgrimido “diferencias operativas” y roces recientes con otros miembros clave del Gobierno como principales motivos de su decisión. Fuentes oficiales admiten que el desgaste venía creciendo desde hacía semanas, especialmente luego de la última gira presidencial por Estados Unidos, donde se habrían producido desencuentros con el equipo de Santiago Caputo, asesor de máxima confianza del Presidente.
Según trascendió, en los pasillos libertarios hubo malestar porque, supuestamente, Donald Trump habría sido mal informado sobre el tipo de elecciones que atraviesa Argentina —creyendo que eran presidenciales y no legislativas—, un episodio que terminó de tensar la relación entre el canciller y el núcleo duro del Ejecutivo.
Werthein seguirá ligado a la política internacional
A pesar de su salida, allegados al funcionario aseguraron que Werthein continuará vinculado a la política exterior, con base en Washington, donde buscará mantener activa su red de contactos en el ámbito diplomático y empresarial.
El ahora exministro, que había sido una figura clave para tender puentes con el gobierno norteamericano y con organismos multilaterales, deja su cargo en un momento de pleno rediseño estratégico de la política exterior argentina, donde Milei pretende reforzar la sintonía con Estados Unidos y profundizar el enfoque de “relaciones por interés” antes que por afinidad ideológica.

