El ex mandatario e ícono de la izquierda latinoamericana sigue siendo a sus 72 años el político más popular de Brasil.
El caso Lula vuelve a tener en vilo a Brasil: el Partido de los Trabajadores (PT) inscribirá hoy la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones presidenciales del 7 de octubre, pese a que el ex presidente está preso desde abril por corrupción.
Los seguidores de Lula anunciaron actos masivos en Brasilia para apoyar el registro de la candidatura ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) en el último día del plazo de inscripciones.
«Junto con el pueblo vamos a inscribir la candidatura del ex presidente para su tercer mandato», dijo la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann. Pese a su condena por corrupción, Lula es favorito en todos los sondeos con un 30 por ciento de los apoyos.
Se espera, no obstante, que el TSE excluya en las próximas semanas la postulación de Lula en base a la llamada «Lei da Ficha Limpa» («Ley de expediente limpio»), que prohíbe a candidatos con problemas judiciales aspirar a cargos públicos.
El tribunal tiene plazo para pronunciarse hasta el 17 de septiembre. Si la candidatura de Lula es desestimada, el PT baraja al ex alcalde de Sao Paulo Fernando Haddad como candidato sustituto.
El ex mandatario e ícono de la izquierda latinoamericana sigue siendo a sus 72 años el político más popular de Brasil. Sobre todo las clases más pobres apoyan al antiguo líder sindical por el éxito de los programas sociales de sus dos Gobiernos (2003-2010).
Lula purga desde abril una pena a más de 12 años de cárcel. El ex mandatario tiene además varios juicios pendientes por la megacausa sobre corrupción política «Lava Jato» («Lavado de autos»).
El ex presidente niega todos los cargos y acusa a sus rivales de las élites conservadoras de orquestar una persecución política.
«Como todas las encuestas muestran que yo ganaría fácilmente las elecciones de octubre, la extrema derecha de Brasil está intentando sacarme de la carrera», agregó el ex mandatario.
El próximo presidente será electo previsiblemente en una segunda vuelta el 28 de octubre.
Debido a las relevaciones de «Lava Jato», prácticamente todos los partidos políticos están salpicados por el descrédito.
Segundo en las encuestas marcha Bolsonaro, un polémico militar en reserva calificado a menudo como el «Donald Trump brasileño» por sus diatribas nacionalistas y populistas. El actual diputado suele hace apología de la última dictadura militar (1964-1985).
Sin Lula en carrera, Bolsonaro lidera los sondeos con hasta el 19 por ciento de los apoyos.